En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y
vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os
santifico. Éxodo 31:13.
El Señor habla a los que apartan su pie [para no pisotear] el sábado. Este es el
sábado del cual se habla en el (capítulo 31) de Exodo, y que Dios declara que es
una señal entre El y su pueblo. Mediante la observancia de este día santo
mostramos al mundo que reconocemos que Dios creó la tierra en seis días y reposó
el séptimo. En forma ferviente e infatigable debemos llevar el mensaje que se
nos ha dado, no sea que el tiempo transcurra y la gente no sea advertida.
Se me quebranta el corazón al ver cuánto de lo que debiera hacerse queda sin ser
realizado. Los embajadores de Dios deben mantener una conexión viviente con El.
Deben agrandar sus tiendas y extender sus estacas. Sus vidas deben ser puras,
santas y estar listas para el gran día que pronto sobrevendrá al mundo. Cuando
los hijos de Dios estén imbuidos con el espíritu del Maestro, verán en su
derredor almas... que están pereciendo en el pecado, y dedicarán todo su
esfuerzo para salvar a los que están cerca -aún en sus propios hogares - y a los
que están lejos. El esfuerzo ferviente y consagrado que se hace en favor de
aquellos que están fuera del redil no deja tiempo para la práctica ni la duda.
No debe haber compromiso con el egoísmo, porque éste conduce a la idolatría. Se
debe iluminar las mentes que están en tinieblas e ignorancia acerca de las
verdades de la Palabra de Dios. La transgresión del cuarto mandamiento abrió una
brecha en la Ley de Dios. Se le debe dar al mandamiento del sábado el lugar que
le corresponde en la Ley y debe ser presentado ante el mundo por aquellos que
perciben y comprenden su importancia. Los que trabajan en forma unida, los que
realizan fielmente su parte en levantar los cimientos de generación en
generación con esfuerzo paciente y perseverante, serán llamados reparadores de
portillos, restauradores de calzadas para habitar.
No hay excusa para los que tienen la luz de la verdad presente y dejan de
impartir esta luz a otros... Dios llama a obreros. Tenemos una gran obra que
hacer, cooperando con El como su mano y su voz ayudadoras. Satanás arroja su
sombra infernal en la senda de cada alma, tratando de eclipsar la verdad
probatoria para estos últimos días. Debemos hacer oír el mensaje de advertencia
a la raza culpable. Debemos presentar a los hombres las demandas que impone la
Ley de Dios, de tal manera que cuando Cristo venga no los halle desleales, del
lado del apóstata. Debemos preparar ahora el camino del Señor. Debemos allanar
en el desierto, el camino para nuestro Dios.—Manuscrito 22, del 3 de marzo de
1901, “Diario”.*
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