martes, 11 de julio de 2023

Trampas de Satanás


Satanás tiene grandes ventajas. Poseía el admirable poder intelectual de un ángel, del cual muy pocos tienen una idea justa. Satanás era consciente de su poder; de otra manera no se habría empeñado en un conflicto con el Dios todopoderoso, el Padre eterno y el Príncipe de paz. Satanás observa detenidamente los sucesos, y cuando encuentra alguien que tiene especialmente desarrollado el espíritu de oposición a la verdad de Dios, llega hasta revelarle acontecimientos que no se han cumplido, a fin de asegurarse más firmemente un lugar en su corazón. El que no vaciló en entrar en conflicto con Aquel que sostiene la creación con su mano, tiene malicia para perseguir y dañar. Actualmente mantiene entrampados a los mortales. Durante su experiencia de casi seis mil años, no ha perdido nada de su habilidad ni de su astucia. Durante todo este tiempo ha observado detenidamente todo lo que concierne a nuestra especie. Satanás emplea como sus médiums a personas que se han opuesto acerbamente a la verdad de Dios. Se les presenta asumiendo la forma y vestimenta de otra persona, tal vez un amigo del médium. Convence a éste usando palabras de ese amigo, y relatando circunstancias que están por ocurrir o que realmente han ocurrido, y de las cuales el médium no sabía nada. A veces antes de un fallecimiento o de un accidente, por medio de un sueño o de una caracterización, conversa con su agente y hasta le imparte conocimiento por medio de sus sugestiones. Pero ésta es sabiduría del infierno y no de lo alto. La sabiduría enseñada por Satanás se opone a la verdad, a menos que sea para servir a sus fines, y se viste aparentemente con la luz que rodea a los ángeles. A cierta clase de mentes les sancionará parte de lo que creen los seguidores de Cristo, mientras que les aconsejará rechazar otra parte considerada como error peligroso y fatal. Satanás es un obrero maestro. Emplea con buen éxito su sabiduría infernal. Está dispuesto a enseñar a aquellos que rechazan el consejo de Dios contra su propia alma y está capacitado para ello. Suele revestir de toda la bondad posible y hacer tan atrayente como puede, la carnada que ha descubierto que le es útil para atraer almas a su red, a fin de asegurarlas en su camino infernal. Todos aquellos a quienes entrampe así aprenderán a un costo espantoso cuán insensato es vender el cielo y la inmortalidad por un engaño de consecuencias fatales. Nuestro adversario el diablo, no está desprovisto de sabiduría y fuerza. Anda en derredor como león rugiente, buscando a quien devore. Obrará “con grande potencia, y señales, y milagros mentirosos, y con todo engaño de iniquidad en los que perecen; por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.” 2 Tesalonicenses 2:9, 10. Debido a que rechazaron la verdad “les envía Dios operación de error, para que crean a la mentira; para que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, antes consintieron a la iniquidad.” Vers. 11, 12. Tenemos que contender con un enemigo poderoso y seductor, y nuestra única seguridad estriba en Aquel que va a venir y que consumirá a este gran engañador con el espíritu de su boca y lo destruirá con el resplandor de su venida.

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