lunes, 7 de octubre de 2024

Debemos seguir el ejemplo de Cristo


A menudo, los moradores de una ciudad en la cual Cristo había trabajado, expresaban el deseo de verle establecerse en su medio y continuar su obra. Pero él les decía que su deber era ir a otras ciudades que no habían oído las verdades que debía presentar. Después de haber dado la verdad a los habitantes de una localidad, dejaba al cuidado de ellos el continuar lo que él había empezado, y se iba a otro lugar. Sus métodos de trabajo deben ser seguidos hoy por aquellos a quienes él confió su obra. Debemos ir de un lugar a otro, proclamando el mensaje. Tan pronto como la verdad ha sido anunciada en un lugar, debemos ir a amonestar otras localidades.

Debemos organizar grupos e instruir a sus miembros muy cabalmente para que lleguen a ser enfermeros, evangelistas, predicadores, colportores y estudiantes bíblicos, que vayan adquiriendo un carácter semejante al carácter divino. Nuestro blanco actual debe ser prepararnos para recibir la educación superior de la escuela celestial. Por las instrucciones que el Señor me ha dado repetidas veces, sé que algunos obreros debieran hacer en las ciudades y las aldeas giras de obra médico misionera. Los que emprendan esta obra obtendrán una abundante cosecha de almas, tanto de las clases superiores de la sociedad como de las inferiores. Y para preparar el terreno para una obra tal nada iguala a los esfuerzos de un fiel colportor. Muchos serán llamados a trabajar de casa en casa dando estudios bíblicos y orando con las personas interesadas. Nuestros predicadores que tienen experiencia en la predicación de la Palabra deben aprender a dar tratamientos sencillos, y luego deben trabajar de una manera inteligente como evangelistas médico misioneros. Actualmente se necesitan evangelistas médico misioneros. No podéis consagrar muchos años a vuestra preparación. Muy pronto, las puertas abiertas hoy se cerrarán para siempre. Proclamad el mensaje ahora. No esperéis que el enemigo haya tenido ocasión de tomar posesión de los campos que se abren ahora delante de vosotros. Grupos pequeños deben ir a cumplir la obra que Cristo asignó a sus discípulos. Trabajen como evangelistas, repartiendo nuestros impresos, hablando de la verdad a las personas que encuentren. Oren por los enfermos, esforzándose por aliviarlos, no con drogas, sino con remedios naturales, enseñándoles a recuperar la salud y evitar la enfermedad.

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