El que da alimento a todo ser viviente, porque
para siempre es su misericordia. Alabad al Dios de los
cielos, porque para siempre es su misericordia.
Salmos
136:25, 26.
El Señor, en su providencia, ha dado luz con respecto
al establecimiento de sanatorios donde puedan ser
tratados los enfermos con principios higiénicos. Debe
enseñarse a la gente a depender de los remedios del
Señor: aire puro, agua pura, alimentos sencillos y
saludables.
Cada esfuerzo realizado en beneficio de la salud
física y moral de la gente debería estar basado en
principios morales. Los defensores de la reforma que
están trabajando con la gloria de Dios en vista,
colocarán firmemente sus pies sobre los principios de
higiene; adoptarán una práctica correcta. La gente
necesita conocimiento verdadero. Por sus hábitos
incorrectos de vida, hombres y mujeres de esta
generación están trayendo sobre sí mismos incontable
sufrimiento.
Los médicos tienen una obra que hacer para efectuar
una reforma educando a la gente para que pueda entender
las leyes que gobiernan su vida física. Deberían saber
cómo comer con propiedad, cómo trabajar
inteligentemente, cómo vestir de una manera saludable, y
debería enseñárseles a poner todos sus hábitos en
armonía con las leyes de la vida y la salud, y a
desechar las drogas. Hay una gran obra para hacer. Si se
ponen por obra los principios de la reforma pro salud,
la obra estará verdaderamente tan íntimamente unida a la
del mensaje del tercer ángel, como la mano al cuerpo.
¿Por qué hay tanto desacuerdo? ¿Por qué hay tanta
acción independiente, tanta ambición egoísta en este
gran campo misionero? Dios es deshonrado. Debe haber una
acción unida y concentrada. Esto es tan necesario en la
obra del médico como en cualquier otra rama de la obra
de preparación para el gran día de Dios...
Enseñen a las personas cómo prevenir la enfermedad.
Díganles que dejen de rebelarse contra las leyes de la
naturaleza, y, quitando cada obstáculo, denle una
oportunidad para que desplieguen sus mejores esfuerzos
para corregir las cosas. La naturaleza debe tener una
oportunidad justa para emplear sus agencias curativas.
Debemos hacer los esfuerzos más fervorosos para alcanzar
una plataforma más elevada con respecto a los métodos de
tratar a los enfermos. Si prevalece la luz que Dios ha
dado, si la verdad triunfa sobre el error, se darán
pasos de avanzada en la reforma pro salud. Esto es lo
que debe hacerse.—Manuscript
Releases, 177, 178.
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