Los constructores de la ciudad original.
Al recibir la maldición de Dios, Caín se había retirado de la familia de sus padres. Había escogido primeramente
el oficio de labrador, y luego fundó una ciudad, a la cual dio el
nombre de su hijo mayor [Gén. 4:17]. Se había retirado de la presencia
del Señor, desechando la promesa del Edén restaurado, para buscar
riquezas y placer en la tierra maldita por el pecado, y así se había
destacado como caudillo de la gran multitud que adora al dios de este mundo.-PP 67 (1890).
Durante
algún tiempo, los descendientes de Noé continuaron habitando en las
montañas donde el arca se había detenido. A medida que se
multiplicaron, la apostasía no tardó en causar división entre ellos.
Los que deseaban olvidar a su Creador y desechar las restricciones de
su ley, tenían por constante molestia las enseñanzas y el ejemplo de sus
piadosos compañeros; y después de un tiempo decidieron separarse de los
que adoraban a Dios. Para lograr su fin, emigraron a la llanura de
Sinar, que estaba a orillas del río Eufrates…
Decidieron
construir allí una ciudad, y en ella una torre de tan estupenda altura
que fuera la maravilla del mundo [Gén. 11: 2-4] .-PP 111-112 (1890).
Las ciudades son semilleros de vicio
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