sábado, 11 de mayo de 2024

Los precios


En el esfuerzo que se ha hecho para asegurar a nuestras imprentas una clientela que las saque de apuros financieros, se han fijado precios tan bajos que su trabajo no les reporta ningún beneficio. Los que se lisonjean de que hubo ganancia no han llevado cuenta exacta de todos los gastos. No rebajéis los precios simplemente para obtener trabajo. No aceptéis sino el trabajo que os dejará una ganancia razonable.

Por otro lado, en nuestras transacciones comerciales no debe haber siquiera una sombra de egoísmo o codicia. No se aproveche nadie de la ignorancia o de la situación de un hombre para exigirle precios exorbitantes por el trabajo hecho o por la venta de mercaderías. Se presentarán fuertes tentaciones de apartarse del camino recto e innumerables argumentos en favor de seguir las prácticas del mundo y adoptar costumbres que en realidad son deshonestas. Algunos pretenden que cuando se trata con personas faltas de delicadeza, hay que conformarse a la costumbre y ser como ellas; que si se fuese perfectamente íntegro sería imposible hacer negocios y ganarse la vida. ¿Dónde está nuestra fe en Dios? Le pertenecemos como hijos e hijas a condición de que nos separemos del mundo y no toquemos lo inmundo. El Señor dirige estas palabras tanto a sus instituciones como a cada cristiano individualmente: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,” y ha prometido de un modo seguro que todas las cosas necesarias para la vida nos serán dadas por añadidura. Sobre cada conciencia debiera escribirse como quien burila sobre la roca con cincel de acero, que el verdadero éxito, para esta vida o la venidera, no puede obtenerse sino por la obediencia fiel a los principios eternos de la justicia.

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