La obra del Espíritu se asemeja a la lluvia
Así como el rocío y la lluvia caen al principio para que la semilla
germine, y luego para que la cosecha madure, así se da el Espíritu Santo
para que lleve a cabo, a través de sus etapas, el proceso del
crecimiento espiritual. La maduración del grano representa la
terminación de la obra de la gracia de Dios en el alma. Mediante el
poder del Espíritu Santo se ha de perfeccionar en el carácter la imagen
moral de Dios. Debemos ser totalmente transformados a la semejanza de
Cristo.
La promesa de la lluvia tardía
Antes de que los juicios de Dios caigan finalmente sobre la Tierra,
habrá entre el pueblo del Señor un avivamiento de la piedad primitiva
cual no se ha visto nunca desde los tiempos apostólicos. El Espíritu y
el poder de Dios serán derramados sobre sus hijos.
Los poderosos efectos de las dos lluvias
En ningún momento de nuestra experiencia podemos prescindir de la ayuda
que nos capacitó para comenzar. Las bendiciones recibidas en ocasión de
la lluvia temprana nos son necesarias hasta el mismo fin...
Al buscar a Dios para que nos conceda el Espíritu Santo, él producirá en
nosotros mansedumbre, humildad de mente y una consciente dependencia de
Dios con respecto a la lluvia tardía que trae perfección.
Deberíamos orar fervientemente por el poder del Espíritu Santo
Deberíamos orar tan fervientemente por el descenso del Espíritu Santo
como lo hicieron los discípulos en el Día de Pentecostés. Si ellos lo
necesitaban en aquel entonces, nosotros lo necesitamos más hoy en día.
La reforma debe acompañar al reavivamiento
Deben producirse un reavivamiento y una reforma bajo el ministerio del
Espíritu Santo. El reavivamiento y la reforma son dos cosas diferentes.
El reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, un
avivamiento de las facultades de la mente y el corazón, una resurrección
de la muerte espiritual. La reforma significa una reorganización, un
cambio en ideas y teorías, en hábitos y prácticas. La reforma no
producirá el buen fruto de justicia a menos que esté conectada con el
reavivamiento del Espíritu. El reavivamiento y la reforma han de hacer
su obra designada, y al hacerlo deben fusionarse.
No todos recibirán la lluvia tardía
Solo los que estén viviendo a la altura de la luz que tienen recibirán
más luz. A menos que estemos avanzando diariamente en la ejemplificación
de las virtudes cristianas activas, no reconoceremos las
manifestaciones del Espíritu Santo en la lluvia tardía. Podrá estar
derramándose en los corazones de los que están en torno de nosotros,
pero no lo percibiremos ni lo recibiremos.
Seguidores de Cristo en todas las iglesias
En el capítulo 18 del Apocalipsis, se exhorta al pueblo de Dios a que
salga de Babilonia [vers. 4]. Según este pasaje de la Escritura, muchos
del pueblo de Dios deben estar aún en Babilonia. Y ¿en qué comunidades
religiosas se encuentra actualmente la mayoría de los discípulos de
Cristo? Sin duda alguna, en las diversas iglesias que profesan la fe
protestante.
A pesar de las tinieblas espirituales y del alejamiento de Dios que se
observan en las iglesias que constituyen Babilonia, la mayoría de los
verdaderos discípulos de Cristo se encuentran aún en el seno de ellas.
El corazón del último mensaje de Dios
Varios me han escrito preguntándome si el mensaje de la justificación
por la fe es el mensaje del tercer ángel [Apoc. 14:9-12], y he
contestado: “Es el mensaje del tercer ángel en verdad”.
El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la
Tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la
gloria de Dios que termina la obra del tercer ángel.
Dios empleará medios que nos sorprenderán
Permítame decirle que el Señor actuará en esa etapa final de la obra en
una forma muy diferente de la acostumbrada, contraria a todos los planes
humanos. Habrá entre nosotros personas que siempre querrán controlar la
obra de Dios y dictar hasta los movimientos que deberán hacerse cuando
la obra avance bajo la dirección de ese ángel que se une al tercero para
dar el mensaje que ha de ser comunicado al mundo. Dios empleará formas y
medios que nos permitirán ver que él está tomando las riendas en sus
propias manos. Los obreros se sorprenderán por los medios sencillos que
utilizará para realizar y perfeccionar su obra en justicia.
Niños proclaman el mensaje
Cuando las inteligencias celestiales vean que los hombres no presentan
más la verdad en su sencillez, como lo hizo Jesús, los mismos niños
serán movidos por el Espíritu de Dios y saldrán a proclamar la verdad
para este tiempo.
Muchos adventistas rechazarán obstinadamente la luz
En las iglesias [adventistas del séptimo día] habrá una manifestación
maravillosa del poder de Dios, pero no obrará en favor de los que no se
han humillado ante el Señor ni abierto la puerta del corazón mediante la
confesión y el arrepentimiento. En la manifestación de ese poder que
ilumina la Tierra con la gloria de Dios, solo verán algo que en su
ceguera considerarán peligroso, algo que despertará sus temores, y se
afirmarán para resistirlo. Debido a que el Señor no actúa de acuerdo con
sus ideas y expectativas, se opondrán a la obra. “¿Por qué –dicen– no
deberíamos nosotros conocer al Espíritu de Dios, cuando hemos estado en
la obra por tantos años?”
Miles convertidos en un día
Habrá miles convertidos a la verdad en un día, los cuales, en la
undécima hora, verán y reconocerán la verdad y los movimientos del
Espíritu de Dios.
Influencia de la página impresa
Más de mil personas se convertirán en un solo día, la mayoría de las
cuales adjudicarán sus primeras impresiones a la lectura de nuestras
publicaciones.
Es también, en gran medida, por medio de nuestras imprentas como debe
cumplirse la obra de aquel otro ángel que baja del cielo con gran
potencia y alumbra la Tierra con su gloria [Apoc. 18:1].
Oración
Oremos por el derramamiento especial del Espíritu Santo en nuestra vida, para que seamos instrumentos en las manos de Dios.