miércoles, 12 de septiembre de 2012

Cada día con Dios.AMOR MATERNAL

"¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti." Isa. 49: 15.

Agradezco a nuestro bondadoso Padre Celestial que tú [Edson White] estás disfrutando de la bendición de la buena salud. Trata de sacar el mayor partido posible de este beneficio y no seas descuidado ni transgredas las leyes de la salud. Vive en forma tan sencilla que puedas conservarla. Sigue adelante, hijo mío, y si confías en Dios y haces de él tu fortaleza y consejero, triunfarás finalmente. Avanza con humildad de mente, considerando a los demás mejores que tú mismo, y quiera Dios darte sabiduría para que te puedas conducir con tanta prudencia que puedas ser un instrumento en sus manos para hacer mucho bien en su causa, y para fomentar la importante tarea que nos ha confiado para estos últimos días. No creas que tu madre es criticona y severa; se interesa profundamente por ti para que alcances el éxito en esta vida y logres la vida futura e inmortal.

Dios te ama. Pregunto: "¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz?" Probablemente hayas oído la historia de la mujer que con su esposo y su hijo trató de cruzar las montañas en medio del invierno. La noche y la tormenta detuvieron su avance. El esposo fue en procura de ayuda y se perdió en medio de la oscuridad y la nieve fresca, y se demoró en regresar. La madre sintió que el frío de la muerte se apoderaba de ella, de manera que descubrió su cuerpo frente al frío viento que caía con el fin de dar lo que le quedaba de vida para salvar a su hijo. Al llegar la mañana encontraron al bebé arropado en el chal de la madre, mientras trataba en vano atraer la atención de los fríos ojos de su madre con sus sonrisas y gestos infantiles, preguntándose tal vez por qué no se despertaba de su sueño.

Un amor más fuerte que la muerte vinculaba el corazón de la madre con el de su hijo. No obstante, Dios dice que con más facilidad se olvidará una madre de su hijo que él del alma que confía en su gracia. El hecho de que Dios nos ame es suficiente para inspirarnos la más profunda gratitud durante toda nuestra vida. El amor de Dios te habla. Presta atención, si no, no aplicarás sus palabras a tu propio caso. Sólo confía en Jesús, y gozarás de las satisfacciones más profundas ( Carta 12 , del 9 de agosto de 1873, dirigida a Edson y Emma White)

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